domingo, 19 de diciembre de 2010

El post de mi año

Dedicado a Estefanía, que apareció un buen día en el Formspring con una pregunta magistral, y que hoy, 9 meses después, se ha vuelto una  fuente de comentarios y críticas, y una lectora (espero) de este humilde sitio.

Otro año que se acaba. Inicio a escribirlo el 19 de diciembre de 2010 a las 10 de la noche, lo que indica que, a partir de este momento, quedan 10 días y 2 horas para acabar este año, y por una vez en la vida, estoy seguro que voy a cantar con todas las ganas del mundo:



Y sí que me ha dejado cosas muy buenas este año que termina. Ciertamente no me dejó ni chiva (bueno, algo de Chivas sí, pero no mucho tampoco), ni burra negra, ni yegua blanca ni, por supuesto, buena suegra. Pero sí me dejó cosas muy valiosas, y una de ellas es destacadísima: una carrera en lo que me gusta, en lo que soy bueno, y en lo que me va bien. Porque antes estudiaba algo en lo que me gustaba y era bueno, pero no me iba bien (y luego dejó de gustarme); y luego pasé a estudiar algo para lo que era bueno y me iba más o menos  bien, pero que no me gustó. Ahora en el periodismo me siento muy, pero muy, pero muy bien, y mi desempeño académico quedó visto en un post anterior.

En otros aspectos, me parece importantísimo mencionar a un grupo de personas cuya característica principal es que son twitteros. Aunque yo sé que todos los twitteros no son buenas personas - y he estado en varios posts de este año rajando sobre ellos - también quiero agradecer a los que considero amigos, aunque a duras penas los conocía hace 360 días. Carlos Forero, Julián Mondragón, Leonardo Báez, Angie Torres, Andrea Pongutá, Lorena González, Marcela Delgado, Augusto Ruiz, Pedro Poveda, Alejo (Echandía y Cortés), Jaime y Diana Luque. Nombres que dichos así suenan como una lista de fulanos, pero que son personas a las que he logrado conocer por medio de la red social llamada Twitter, con los que pasé buenos momentos en alguna oportunidad, que me dieron oportunidades y apoyaron en su momento, y que todavía están ahí.

Por supuesto, mi momento de gloria del año fue la entrevista al Pibe. Historia que ya he repetido muchas veces (no en este sitio, así que la voy a repetir otra vez más): una entrevista programada un viernes a Nicolás Samper, director de Fútbol Total y uno de los más grandes twitteros que he conocido, que regaña cuando toca pero que no deja de ser buena gente mientras vacía, fue adelantada a miércoles para aprovechar que iba el Pibe. Y pude preguntarle cuatro pendejadas sobre barras bravas, que al final del caso no usé en mi trabajo, pero que me dieron la sensación de que sí, no la había cagado, era esto lo que debía estar haciendo desde un momento. Y al día siguiente, la entrevista a Juan Carlos López, en la que pude lanzar un par de puyas como quería, me confirmó mis impresiones del día anterior: eso es lo que quiero hacer.

Por supuesto, no todo fue bueno este año. Perdí un semestre metido en toda clase de trabajos para evitar morirme de hambre. Me robaron dos celulares y murió otro. Se dañó mi computador, al que tocó meterle casi $300 mil en piezas. No pude superar un momento en la vida, y como resultado terminé perdiendo a mi mejor amiga en una pugna insensata que mantengo sin que, realmente, sepa por qué mantenerla. Tal vez es por celos, o porque decidí perderla con todas las de la ley, no lo sé. Me vi envuelto en un mar de peloteras por todos los frentes, desde el intrascendente de Twitter hasta el pesadísimo frente familiar. Me vi obligado a abandonar la caja del Bestiario2 cuando las diferencias con otros miembros se hicieron insuperables. Duré el año entero sin novia, moza, amante o cosa parecida. Tuve ciertas diferencias con mis compañeros de carrera. Y por supuesto, un duelo inagotable contra el reguetón resulté perdiéndolo.

Pero, al final de cuentas, esos temas negativos del año son poca cosa. Soy feliz haciendo lo que hago, espero con ansias que llegue el 31 de enero e inicie mi segundo semestre en la carrera. Espero que llegue el 15 de enero para llegar a Bogotá, empezar de nuevo mi vida regular, y retomar las cosas en donde las dejé el pasado martes. Estoy dispuesto a hacerlo. Es mi reto. Es mi trabajo. Es lo que quiero hacer.

1 comentario:

LaRiotFemme dijo...

Mache, primero que todo me hace muy feliz saber que me dedicaste un post. Segundo, creo que lograste lo que querías con el post, canalizar lo bueno y hablar de lo malo volviéndolo una banalidad. Me alegra mucho haberte conocido pero más que eso, me alegra inmensamente que por fin estés disfrutando lo que haces, lo que estudias y lo que esperas hacer el resto de tu vida. Un abrazo gigante.
Estefanía (así completo para que suene a regaño)