martes, 16 de noviembre de 2021

Doctor Uribe, soy un niño grande

Duró como 15 días Iván Duque por fuera del país, y lo único que sacó, aparte de muchas fotos de la señora y los hijos en el Reino Unido, fue un problema diplomático por parte de su peor ministro. En un gobierno en que el nivel promedio es muy bajo, Diego Molano resalta como un cráter de los que hay por la Avenida 68, que destruyen suspensiones y mandan a volar a motociclistas despistados. Pero en este gobierno pareciera que todos los funcionarios se especializan en demostrarle que son los que más hacen a su patrón natural en Llanogrande, como los sobrinos haciendo piruetas en el borde de la piscina para que los vea la tía solterona. Y con los resultados de esperar.

Eso va desde el mismo inquilino de la Casa de Nariño, que tiene la correa pero evidentemente se quedó sin pantalones. Por eso se fue de viaje 15 días sin su canciller, que como es vicepresidenta se fue para otro lado dizque para garantizar la continuidad de la administración pública. Por eso se fue de viaje 15 días con su señora, hijos, jefe de gabinete y varios ministros, para llenar el cupo del 767 y decir que es "austeridad" porque no se viajó con avión solo. Para celebrar junto a impresentables como Boris Johnson o el príncipe Carlos, otro que sabe lo que es ser solo a la sombra de una figura poderosa, las mieles del protocolo y la diplomacia.

De eso último no tiene idea Molano, burdo como un hueco de la Carrera Séptima que pincha llantas, saliendo a acusar de buenas a primeras a Irán de enemigo. Esa misma falta de tacto que le hizo decir de buenas a primeras que los rusos estaban mandando noticias falsas para desestabilizar el país durante el paro, cuando en realidad las mandaban desde la muy eslava ciudad de Bogotá con una empresa de varias funcionarias que trabajaron a su cargo en el ICBF. La misma chambonada que le hizo decir que unos jóvenes muertos en el bombardeo eran "máquinas de guerra".

Porque en este gobierno, excepto Fernando Ruiz en el Ministerio de Salud y Juan Daniel Oviedo en el DANE, los ministros son elegidos por lo visibles que sean en Llanogrande. Por eso Carrasquilla hizo tres reformas tributarias y solo salió cuando el país estaba incendiado. Por eso Abudinen fue sostenida hasta lo insostenible, porque valía más llevar bien al tío Fuad y su corte juniorista que a todo un país exigiendo decencia. Por eso Molano sigue ahí, porque desde el protestódromo cuando era otro más de los 45 concejales de Bogotá ganó visibilidad en el seno mismo del uribato.

Hoy día tenemos a un gobierno incalificable por lo malo. El presidente del Senado es un perfecto anónimo, lo que ha hecho que una exreina de 34 años se gane todos los ojos en la Cámara, ya sea callando a los opositores u ordenando a Anatolio Hernández, el perdido representante de Guainía, que vote que sí y apoye que el país se quede sin ley de garantías. De los ministros, aparte de Ruiz y José Manuel Restrepo, no se hace un caldo. O son ineptos, como María Victoria Angulo a la que le quedó grande la reactivación de los colegios, o son ineficaces como Jonathan Malagón que convirtió al MinVivienda en una sucursal de Camacol para pelear con Claudia López, o son directamente malos como Margarita Cabello torciendo la justicia antes de irse a torcer la justicia como Procuradora. Molano es los tres.

Da igual. De este gobierno no puede decirse que termine "de manera melancólica y con bastante desprestigio" como lo dijo en su momento Daniel Samper Pizano tras la salida de Alfonso López Michelsen del entonces Palacio de San Carlos. De este no se puede ni siquiera asegurar que vaya a salir del poder, porque qué tal que gane Petro. Una de las mayores preocupaciones de la encuesta de Cifras y Conceptos a líderes del país es el riesgo de fraude en las elecciones de 2022. Para una democracia que se precia de tener elecciones ininterrumpidas desde 1957, y razonablemente limpias desde 1974, esta es una preocupación mayúscula.

¿Por qué? Porque no hay mejor forma de demostrarle a la tía que uno es un valiente que hacer la clavada más riesgosa, lanzarse del trampolín más alto o pegar la carrera más rápida al borde de la piscina. Y el mayor riesgo para la tía ahora es que Petro gane, así que hay que atajar ese riesgo. Todo vale: rifar el presupuesto mediante contratación ilegal, forzar la desconfianza de las cortes, manipular las cifras, llenar los formularios E-14, azuzar confrontaciones externas, mover a Ciudad Jardín para que saque a bala a la Minga, generar un enemigo interno. Y ahí Molano tiene la llave para una maniobra muy peligrosa, porque las tropas le creen y no solo por el principio de obediencia a los superiores digno de la milicia.

Ese es el verdadero "ojo con el 22": que por dárselas de niños grandes, el país se descomponga. Ya vimos que a ellos no les importa nada más que la apariencia de autoridad, ni siquiera la autoridad como tal. Si así fuera, hace muchísimo rato Duque hubiera mandado a Molano a hacer renders de su protestódromo, pero nuevamente: Duque no tiene pantalones, y no puede quitarse la correa...

jueves, 4 de noviembre de 2021

Presione "Enter" para Iniciar

Pantalla azul.

Dile adiós a la partida de Command and Conquer. A la base de datos que debías estar haciendo pero como estás teletrabajando, no necesitan saber qué haces. A la colección de discos que habías logrado descargar y al torrent gigante que estabas descargando con todas las temporadas de Breaking Bad.

¿No sabes qué pasó? Tratas de reiniciar el computador y de repente no vuelve a prender para nada.

Echas cabeza. ¿Fue por dejar prendido el computador para descargar el torrent gigante? No puede ser, lo has dejado más tiempo. Tal vez fue por andar jugando en las cobijas, porque lo sentías caliente. Pero no, el fallo es del disco duro. 

Inserte un disco de inicio y presione "Enter" para continuar. 

La BIOS carga pero te dice que no tienes disco de inicio ni nada. Nada de lo que está en el disco duro existe, es como si fuera hora de empezar de cero.

Empezar de cero.

Al lado el parlante sigue reproduciendo tus listas. No le has parado atención para tratar de recuperar la información. Ahí está todo: la tesis, que has estado trabajando por pedazos. La base de datos de la oficina. La oficina. Debes llamar a tu jefe y decirle que estás con un fallo técnico. Pero cuando coges el teléfono caes en cuenta de lo que suena. Es Cerati.

A mí me es fácil olvidar...

Olvidar.

Cristina. Ella debe estar en su propio plan, cogiendo carretera para Cali aunque dijo cuando estabas juntos que detestaba Cali y te trató de armar problema con ese viaje de la materia para evaluar la logística de la importación de motos. Pero no, el problema era Vanessa, que sí, te gustaba mucho pero por Dios, eso fue al principio de la carrera, luego le dabas la vida a Cristina pero es muy difícil que seas ingeniero industrial y ella politóloga. Y después de las peleas, terminamos.

Una borrachera, fue lo único que te permitiste. Ahora, tres meses después, estabas pensando en llamarla. Y para evitarlo te pusiste a jugar Command and Conquer. Pero otra vez está ahí la pantalla azul de la BIOS. El disco duro que no solo tiene lo del trabajo, ni lo de la tesis. También tiene todo lo que fue esa relación.

A mí me es fácil olvidar...

 Coges el teléfono y paras Spotify para timbrar a tu jefe.

- Sí, jefe. Tengo un problema técnico con mi computador, no reconoce el disco duro. ¿Conoce algún lugar donde lo cambien? No, no necesito recuperar la información, la base de datos está en la nube...

jueves, 23 de septiembre de 2021

Tachonazos 4: Cuando todo se derrumba

Solo pasaba por aquí a mirar qué tanto polvo se ha acumulado. Han pasado demasiadas cosas en cuatro meses de turbulencia que se han llevado todo por delante, pero el polvo aquí sigue quieto. Como si nada hubiera pasado. Como si nada fuera a pasar.

La vida. El último tachonazo tiene más de 10 años de vigencia y yo no soy el mismo tipo que era en ese noviembre de 2010, despechado por alguien que nunca iba ni va a ser el amor de mi vida por más que yo lo quisiera. Muy tarde lo vine a descubrir, cuando ya eso no solo había acabado mis opciones con ella, sino muchas otras. Hay muchas personas a las que les hice daño por perseguir una quimera, por tratar de buscar una luz al final del túnel que terminó siendo un tren y por poco me arrolla. Debo pedirles disculpas, pero no ahora. Hay que dejar que el tornado exterior se aplaque.

El tornado. Del tipo que era en febrero queda muy poco. Ya me había acostumbrado a una casa (en mucho más de un sentido) y al final las condiciones hicieron que fuera otra. Me convertí en otro tipo de persona, una que solo depende de sí mismo para hacerse una pasta, pagar el agua o levantarse todas las mañanas a aguantar los maltratos, los insultos, la amabilidad corrosiva que camuflaba puños de hierro en guantes de seda, que se mete en las entrañas y las despedaza, socava los cimientos de la identidad personal y genera dudas hasta de quién es uno. De qué es lo que hace. De si tomó la decisión correcta al jugársela a vivir de algo como el periodismo.

Quiso la fortuna, Dios o como lo quiera llamar usted, amigo lector, que aparecieran puntales para evitar que ese derrumbe fuera completo. Los hubo cuando el derrumbe era de hogar. Los hubo cuando la salud colapsó y en un momento, acostado en el colchón de una casa ajena pero donde me sentí más en mi hogar en mucho tiempo, llegué a pensar que iba a ser una de las cifras fatídicas del tercer pico del covid, de la variante alfa, delta, mu (ese nombre), de la que fuera que me tuvo 20 días tosiendo en vez de respirar. Sobreviví con problemas serios de concentración y de ansiedad. Y cuando intenté enfrentarlos, se derrumbó mi vida laboral.

Mientras escribo esta primera parte tengo la carta de renuncia que me pidieron al lado. No quiero que la gente de la página piense que es contra ellos, porque es un equipo brillante que es capaz de muchísimas cosas, donde la camaradería no va solo de dientes para afuera sino hay amistades legítimas y duraderas. Algún día nos tendremos que volver a ver para reírnos de todo esto.

Pero no, mejor no hablar de ciertas cosas. Vuelvo dos semanas después a ver el saldo: positivo en medio de la tormenta. Tal vez la expresión no era de tornado, sino como me dijera una antigua compañera, de incendio. Había que quemarlo todo para dejar que las cenizas se convirtieran en abono y desde ahí sembrar mejores cosas. Las llamas han hecho su labor purificadora, ahora solo queda en uno sembrar y evitar que la maleza se convierta en el elemento que domine este incendio. A trabajar, no queda de otra.

lunes, 20 de septiembre de 2021

No hay nada mejor que casa


Las tazas sobre el mantel
La lluvia derramada


No hay cosa más frustrante que buscar un apartamento en arriendo económico en Bogotá. Lo encuentras muy lejos, en mal estado, pequeño, te piden historia hasta de la llegada de tus ancestros al nuevo mundo, y al final te responden con un “gracias, vuelva pronto” porque no ganas lo suficiente, aunque estés entre los mejor pagos del país. Yo quería conseguir mi casa propia, irme del hotel mamá donde ya no se justificaba eso de estar “colaborando” cuando se tienen ya 30 años y un posgrado, tener un lugar donde pudiera decir “vengan y rematamos” o donde pudiera llevar a alguna hembrita. Un espacio propio.

Un poco de miel, un poco de miel no basta...

Pero me llamó la atención muchísimo una publicación en Facebook. Era un apartamento demasiado grande para irme a vivir solo. También era un apartamento que se me hacía muy conocido, aunque no sabía por qué. En uno de esos conjuntos de San Cristóbal, no habría forma de que no me quedara muy lejos ahora que tendría que volver a la oficina. Pero algo me lo recordaba, algo me atraía para que llamara al número y le dijera a la señora que estaba interesado en el apartamento y quería verlo.


El eclipse no fue parcial
Y cegó nuestras miradas


Cuadramos la cita para el sábado. Salí muy temprano de casa, para poder cumplir a las 10 sabiendo que era poco probable que el SITP pasara a tiempo. Al llegar al paradero sobre la 68, ahí estaba el bus, casi que esperándome. Me subí y dejé que Spotify hiciera su magia, con todo el Fito Páez, Calamaro, Pedro Aznar y Cerati que pudiera sacarme. Ando en una fase de fanatismo de rock argentino desde que Lorena me mandó al carajo.

Te vi que llorabas, te vi que llorabas por él…

El primer golpe fue al bajarme en el hospital San Blas, cruzar la Primero de Mayo y entrar al barrio. Todos los negocios me recordaban algo. ¿Esa panadería no hacía los roscones que no volví a encontrar cuando era niño? ¿Y en esa casa donde está la peluquería no tenían una máquina de arcade donde jugaba “el kinofaiter” que después me hizo tan popular entre los niños de Las Ferias?

Solo entendí cuando entré al conjunto, al apartamento y vi una pequeña marca en el armario. “Ricki no se va Ago-98”. La arrendataria creo que también se dio cuenta.

  • Disculpe, sumercé, es que ese rayón ya estaba cuando compré el apartamento, y como solo lo tengo para arrendar pues nunca le paré bolas, pero yo sé que toca cambiar esos clóseres…
  • No, no, tranquila. ¿Hace cuánto tiene el apartamento?
  • Pues don Ricardo, yo lo compré hace como 20 años al banco, tenía una plata de cesantías ahorrada y aproveché que lo vi barato.

Un sorbo de distracción
Buscando descifrarnos


La invité a tomar un café en la panadería, yo pedí un roscón y la dueña una garulla “porque esos roscones eran ricos, pero los dañaron hace rato”. Le pregunté sobre los arrendatarios, los vecinos, el problema para llegar allá, los servicios. Ella me preguntó sobre mi trabajo, mis intenciones con el apartamento, las ofertas que había visto. Solo cuando me fui le dije que no era lo que estaba buscando, pero que Ricki había vuelto al lugar de donde un banco desalmado lo sacó a punta de cuotas del UPAC, que tantos días de lágrimas le había causado a mamá y que había hecho trabajar tanto a papá que al final le provocó un infarto en el taxi...