lunes, 2 de junio de 2014

De Boyacá en los campos

Ha ganado Nairo Quintana el Giro de Italia. Ha quedado Rigoberto Urán segundo. Ha conseguido Julián Arredondo la camiseta de líder de la montaña. Tres ciclistas a los que se deben sumar los Fabio Duarte, Leonardo Duque, Jarlinson Pantano y demás corredores del Team Colombia, aquella agrupación de Coldeportes que por segundo año consecutivo justificó con creces su llamado por parte de la organización del Giro y que, ahora, clama por ser un equipo Pro Tour. Y también Betancur, Sergio Luis Henao, los ciclistas de toda Colombia. Todos ellos son unos héroes, así la luz esté en estos momentos sobre el boyacense y los dos antioqueños.

Por supuesto, la luz más brillante está en Cómbita, aquel pueblo que para muchos colombianos solo sonaba de rebote como el nombre de la cárcel de altísima seguridad donde son aislados los presos más peligrosos del país, así como los que están solo de paso para pagar penas a Estados Unidos. Claro, la cárcel queda pegada a Tuta, junto a un albañal sedimentado que contiene las aguas negras y sin tratar de Tunja, mientras la vereda donde don Luis y doña Eloísa criaron al pequeño Nairo queda en el otro extremo del municipio, cerca de Arcabuco y de las rampas que inician la vía a Bucaramanga, esas mismas rampas que tenían que recorrer él con su hermana para estudiar el bachillerato. Pero están en el mismo municipio.

Y la verdad es que así son las cosas en estas tierras. Boyacá, este departamento de montañas con todos los tonos imaginables del verde, bañado por la luz quemante del cielo diáfano de las alturas, es una tierra muy grata para el visitante, pero llena de contrastes que no se ven mucho porque acá no pasa mucho. O al menos es una tierra muy tranquila a comparación de la vorágine sempiterna que son las noticias diarias en este país. Para la muestra, la desgarradora comparación entre un Nairo al que no le sobró nada pero tampoco le faltó al lado de los suyos hasta que se lo llevaron a España, y un Rigo al que le tocó vender chance para mantener a su madre después de que los paramilitares asesinaran a su padre.

Eso no vende. Tal vez por eso el periodista que escribió la famosa Carta a Nairo en 2010 salió con una historia trágica del pobre niño que nada tenía y que debió salir de la más abyecta pobreza, tanto que al propio Quintana le tocó después salir a contradecirlo. "Somos humildes pero no pobres", dijo. Y eso somos en Boyacá. Acá la gente no se muere de hambre así no tenga grandes lujos, y eso, porque cuando el hijo llega a la capital y triunfa allá es capaz de mejorar la casita de los padres. Pero cada vez se ve menos eso acá.

En la misma entrevista en la que el héroe de Annecy-Semnoz y del Val Martello negó rotundamente la versión de su carta, explicó su apoyo al paro agrario de 2013, y seguramente al de 2014 también lo apoyó. Es absurdo, dice Nairo, que uno cultive para pérdidas. Así estamos los boyacenses, y por eso hubo dos paros de campesinos a los que las promesas no se cumplen. Como no se han cumplido en los últimos 25 años. No por nada, a Cómbita lo único que le han dado los gobiernos nacionales es un peaje y una cárcel de máxima seguridad.

Por eso Boyacá votó masivamente contra Santos. El 38% de los boyacenses que salieron a las urnas lo hicieron por Zuluaga, pero el 21% votó Clara López. Tunja, Duitama y Sogamoso fueron ciudades del Polo. Santos quedó de último, en un departamento eminentemente conservador (tanto en política como en actitudes) pero que está cansado de tanto incumplimiento. Eso no se ve en los noticieros sino hasta que se cierra la vía 55, se deja una semana a la capital incomunicada y comienza a escasear el dinero. Ahí sí viene Luis Carlos Vélez a comparar a Tunja con Damasco y a darse cuenta que no hay un aeropuerto.

Por eso es un orgullo ver a los boyacenses celebrando el triunfo de Nairo en Trieste, pero es un orgullo agridulce, cuando de estos campos los valientes manifestantes solo consiguen promesas vacías. De estos campos van a salir cosas grandes. No quisiera ver a la política apropiándose de los logros de Nairo y Rigo, y si alguien se va a apropiar de eso ojalá sea solo Coldeportes, que lo merece por el apoyo al actual Team Colombia y al 4/72 con el cual Nairo corrió el Tour del Avenir 2010. Pero como se lo van a apropiar igual, ojalá sea con algo que realmente ayude a los boyacenses, y a los antioqueños por fuera de Medellín, y a todos aquellos campesinos que solo cuentan cuando sus hijos son estrellas o mueren.