lunes, 21 de junio de 2010

De evasivas, amagues y pases de torero

- Estás como rara hoy...
- No es nada, no te preocupes.
- Te pasa algo?
- No, no me pasa nada.
- Te pasa algo. Qué te pasa?
- Que no me pasa nada! Si me sigues molestando, sí me va a pasar algo!

El lector hombre que no sepa a qué me refiero con esto, es porque no ha tenido novia ni amigas muy cercanas. Y estoy casi seguro que todas las lectoras mujeres de este sitio lo han hecho en un momento u otro. Es una de las posturas más complejas de aceptar para uno, y en especial para mí, que me caracterizo por ser frentero hasta el extremo y, a pesar de intentar no serlo, llegar al guache con facilidad. Lo resumiré con cruda franqueza: a mí no me gustan las evasivas.

Dicen los analistas que una de las principales complicaciones al momento de las relaciones de pareja es la falta de comunicación. Es decir, que en una relación sentimental, un cónyuge no tiene idea de lo que le sucede al otro, ya sea porque el uno se equivoca al decirlo, o porque el otro no presta la suficiente atención. Y normalmente, esta situación se mantiene creciendo, y creciendo, y expandiéndose... hasta que llega un momento en el que uno de los dos extremos cede. Y cuando cede, normalente es con un choque muy fuerte, que puede arrasar con las relaciones. Muchas veces, por una pendejada.

Piense usted en una represa: si la represa no se vacía regularmente, la presión acumulada del agua que se encuentra en el embalse puede romperla. Y al romperse la represa, toda el agua acumulada en el embalse se escapa, arrasando con todo río abajo. Así mismo, sucede cuando alguien acumula demasiada presión: explota y resulta arrasando con todo a su paso. Aunque no lo quiera.

Es por esto, estimado lector, que es conveniente ver conversaciones mucho más honestas, claras y directas en ese sentido. Dejar salir poco a poco la presión es mucho más conveniente que acumular odios y rencores. Cuando uno se mete en un problema con su pareja, o sus amigos, que puede solucionarse con relativa facilidad mediante el uso de conversaciones, es mejor afrontarlo de frente. A pesar que puede tornarse muy dolorosa la respuesta, es mucho mejor para uno poder cuadrar problemas pequeños, que no armar grandes dificultades posteriormente, cuando uno se calla las cosas.

Adenda. Es de peor gusto lo que pasó con los mockusianos cuando perdieron las elecciones, que lo que pasó con los santistas. A pesar de un cierto dejo de revanchismo en varios santistas respecto a la llamada ola verde, muchos de los derrotados resultaron pidiendo la sangre de Santos. De nada sirve que Mockus haya pedido el respeto de la vida, si sus hinchas se olvidan de eso para referirse a Santos. En este momento, la postura de la ola verde debería ser de control político, como el mismo Mockus dijo ayer en su genial discurso reconociendo la derrota. Apoyar al futuro gobierno en lo que haga bien, y ser incisivo con todo lo que Santos haga mal.

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