martes, 2 de marzo de 2010

El colapso de los buseteros

Segundo día del paro de transportadores, y mañana ya es el tercero. Bogotá no ha colapsado porque nosotros somos muchos berracos, estamos acostumbrados a irnos el uno espichado contra el otro en un Transmilenio (a lo que no estamos acostumbrados es a esperar nuestro turno de espichada), a que los taxistas nos tumben, a que el gobierno no aparezca sino a prometer paños de agua tibia, y a que dentro de todo bogotano hay un animal de la selva.

Porque eso es lo que ha regido en la Bogotá del paro. El espíritu darwiniano de supervivencia, específicamente de la supervivencia laboral: como si fuéramos arena, nos vamos en volquetas. Nos apeñuscamos en furgones. Nos aventamos al carro de un desconocido, que tiene un letrero pintado en cartulina con el aviso "Calle 53 GALERIAS". Todo porque nos toca mantener el puesto, y evitar que engrosemos la lista de desempleados y rebuscadores que, hoy, andan con su carro consiguiendo puestos, llevando gente entre Santa Isabel y el centro.

Pero todo por qué? Porque a unos buseteros se les olvidó el rebusque. Tienen la gallina de los huevos de oro encima: unos $6000 millones estima El Tiempo que maneja el sistema de buses públicos, si se le puede llamar sistema. Esta guerra del centavo está controlada en un 80% por empresas del calibre de la Sidauto (que también está metida en Transmilenio con los alimentadores de varios portales), Santa Lucía, Expreso Bogotano, Republicana, y varias cooperativas con nombres jocosos como Coceves, Promotora Universo y Ucolbus. Estas son las transportadoras asociadas en Conaltur.

Pero el 20% restante es propiedad de buseteros pequeños. Si se le puede decir pequeño a alguien que saca $115 millones para comprar una buseta de 19 pasajeros, y otros $40 millones para pagar el cupo, mínimo. Esta gente se queja de que con el SITP le van a quitar sus ingresos, y "sólo" van a ganarse 1.4 millones de pesos mensuales en la renta mínima para una buseta, en la que deben $5 y $6 millones mensuales. Y por supuesto, que se perderá el control que cada bus, un universo en sí mismo, tiene sobre sus ingresos, al supeditarlo a un sistema que estará en un 99.95% controlado por Transmilenio.

El paro de los buseteros, para mí, lo que determina es el colapso de este gremio poderoso. Otrora, cada aumento de la gasolina o el diesel era "celebrado" por los transportadores a punta de tachuelas. Hoy, con TM a bordo, todavía muchos colombianos podemos ir a nuestros destinos. Hace tiempos, cuando decían paro de taxis, era paro de taxis, no como el "paro" de hoy, en el que rodaba la mitad de la flota amarilla de Bogotá. Y el alcalde, dando una muestra de firmeza que no me esperaba, se rehúsa a negociar con los transportadores para evitar que lo mangoneen, tal como han mangoneado a infinidad de alcaldías desde los tiempos en que Fernando Mazuera cambió los tranvías por trolleys y buses.

El proceso del SITP tiene menos reversa que el fin de la presidencia de Uribe. Los buseteros deberían adaptarse a este sistema nuevo. Por qué? Porque simplemente van a quedar fuera del negocio. Tuvieron 50 años de monopolio, y 10 años de competencia desigual con Transmilenio. Y a pesar de motivos de peso contra TM (tarifas, rutas limitadas, enredos con los alimentadores, la troncal con base de mermelada de la Autop. Norte, las obras de la 26), los buses no han hecho casi nada para mejorar. Y los buseteros pequeños, nada.

Están en la Séptima los famosos buses azules de la Sidauto, con modelos Volvo de alimentador de TM. Cada que me subo en uno de esos buses, o en los amarillos del Sistema Express, me digo que si el transporte público bogotano fuera así, la mayoría de las quejas sobre los buses serían obviadas. Pero cuando los buses y busetas son cacharros con modelo 1970, o cuando se ponen a coger a piedra a los que no apoyan el paro (lunes, Santa Lucía), a TM (lunes, Bosa) y a los tombos (martes, Suba Gaitana); cuando las sillas están diseñadas para niños de 12 años porque nadie más cabe bien; en ese momento uno se pregunta qué carajos piden los transportadores.

La situación es insostenible, pero acá los buseteros tienen todas las de perder. Bogotá no ha colapsado, y si Samuel Moreno Rojas hace las cosas bien por primera vez en dos años largos, el gremio del transporte, que ha subido y tumbado alcaldes, concejales y representantes a la Cámara, tiene las de perder.

Mientras tanto... tome camión hasta su oficina, espíchese en la troncal de TM que le sirve para su oficina, o pague $25000 por una carrera de taxi. Todo para que no pierda su empleo.

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