jueves, 18 de septiembre de 2008

Infiltrando mentes y encapuchando opiniones

Ayer tenía clase de 11. No tuve porque cerraron un edificio, motivo la marcha de estudiantes ayer en apoyo al rector de la Universidad Distrital, Carlos Ossa, que estaba defendiéndose de las infundadas acusaciones que puso Gina Parody en el Senado, al decir que "las FARC estaban infiltradas en las universidades públicas" y mostrar un video como el que mostraré a continuación, por lo de los capuchos:



Deseo centrar tres puntos de discusión. Por un lado, la paranoia que formó la senadora Parody al decir de plano que la FARC está infiltrada en la universidad pública. Como bien lo dijo ayer Darío Arizmendi en Caracol Radio, "yo estudié en la Universidad de Antioquia hace 35 años y entonces ya había encapuchados". Eso el Presidente, que también estudió en la UdeA, lo debería saber. Y la Parody, que se graduó de la Javeriana, debería haberse dado cuenta de lo que pasaba al otro lado de la 7a... así fuera cuando los echapiedras no la dejaran salir por dicha vía sino por la Circunvalar o por el San Ignacio.

Por otro lado, aunque relacionado con el anterior, Arizmendi también decía "la universidad pública es un reflejo del país". Al contrario que en un Andes o un Externado, donde la gente viene más o menos homogeneizada por los requi$ito$ de entrada, a la Nacional entra literalmente cualquiera que pueda pasar el examen de admisión. Por tanto, a la Nacho entra desde hijos de potentados hasta los que trabajan para sostenerse en ella. Y eso implica que, así como entra el hijo de potentado o el trabajador, puede entrar e inflitrarse un colaborador de cualquier grupo armado, lo que determina que en una universidad pública hay infiltrados de las FARC, del ELN, de las Águilas Negras, de las AUC, de los narcos, del Ejército...

Estos dos puntos anteriores dan para reconocer una cosa terrible. Hoy día la paranoia con las FARC, en vez de disminuir por los evidentes golpes (Ingrid, desmantelamiento de frentes, fumigaciones a diestra y siniestra, Raúl Reyes, Iván Ríos, Tirofijo), aumentó a tal punto que todo el día la preocupación más grande es el próximo golpe de o a las FARC. Y así sería mientras los uribistas sigan manteniendo la paranoia mediante su barco de batalla más grande y bien armado: RCN Televisión.

Por un tercer lado, a qué se debe el uso de las capuchas? Bueno, acá es conocido que se mata por la opinión. No sólo en el caso de grandes conocidos como Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal o Jaime Garzón (los tres, relacionados en la Nacho bastante). Un profesor mío, Beethoven Herrera, que aparte de dar clases en la Nacional desde 1977 trabaja en la ONU dio en la clase inicial de Pensamiento Económico un resumen bastante completo de la cosa:

Muchachos, yo tengo 60 años, los cumplí la semana pasada. Y los celebré con tremenda parranda vallenata... porque acá llegar a 60 años es jodido. Yo... yo trabajé con Jaime Pardo Leal, fui asesor de Bernardo Jaramillo, fui un gran amigo de Chucho Bejarano, le di clases a Jaime Garzón, y he estado en los funerales de más de 2000 sindicalistas y estudiantes míos, que fueron asesinados por fuerzas desconocidas en casi todos los casos. Y para colmo, me ofrecieron en el 82 trabajar con un político bastante conocido en el Tolima, un tal Alberto Santofimio...
Ahí está. A Chucho Bejarano, que había colaborado como asesor de paz en la desmovilización del M19 (junto a Rafael Pardo y Eduardo Pizarro Leongómez), lo mataron fuerzas desconocidas en el 91, en medio de una clase en el salón 103 del edificio 238 de la Ciudad Universitaria. En el mismo salón donde tengo clases de Español Funcional los miércoles y viernes, donde no tuve clase ayer por la marcha.

Una de las cosas que caracterizan a una democracia es la libertad de opinión. Esa libertad de opinión parte de otro principio: uno no puede argumentar libertad de opinión, si resulta diciendo a grito herido que la opinión de otro es "de la FAR" y por ende la opinión del otro queda desvirtuada por ser "de la FAR". Y peor: si la opinión de uno da para que un alguien mande a matar... qué se quiere?

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