sábado, 29 de mayo de 2010

Tachonazos

Estoy a punto de renunciar a escribir más en los blogs. De qué me sirve tener un blog si no lo actualizo y, por ende, nadie lo lee?

Este post no es una despedida, sino un recordatorio personal. Tal vez algo (Twitter?) esté drenándome mis ideas. Alguna vez me dijeron, por allá en los tiempos en que era un novato en esto de los blogs, que si no me cansaba de escribir. Es cierto, no lo hago. Pero ahora lo hago más en Twitter que en otra cosa. Por eso me retiré de los foros de Hattrick. Por eso ya casi no escribo en los otros foros. Por eso este blog volvió a llenarse de polvo.

Y no es que no haya tema. Podría volver a escribir de fútbol en Falta contra el Balón, o de automovilismo en La Zona Mach. Podría hacer análisis político, tema candente por las elecciones. Podría hacer análisis económico, en un país como este que nunca, nunca, nunca va a dejar de tener problemas financieros. Podría hacer como el hijo de Janeth o la marmota, y escribir sobre pendejadas que me pasan. Incluso podría hacer como el tarado de Samper Ospina, ponerme a llenar de clichés y chistes malísimos un par de obviedades y conseguir alabanzas por eso. Pero no puedo. Estoy bloqueado mentalmente, no sé de qué escribir.

No sé por qué será el bloqueo. Parece ser que un ciclo depresivo está en toda su extensión, y se lleva mi ánimo de hacer cualquier cosa. Algo posible, porque realmente no me alegra haber sacado la media beca en el Rosario que esperaba sacar. También puede ser el trabajo, al que estoy buscando una excusa para renunciar. Estoy harto de todo en ese trabajo. Incluso puede ser Twitter, que me hace sacar pequeñas estupideces de 140 caracteres en vez de grandes estupideces de 1400 palabras.

Una muestra del bloqueo, es que esta entrada empezó realmente como un plagio a un post de @omargamboa, pero tomé 16 ideas diferentes de la que ninguna concretó. Y del mal genio que me produjo esto, es fruto este post.

El caso es que estoy harto de todo esto. Del bloqueo que me impide escribir acá, mi libro y hasta un saludo decente en MSN. Del estado depresivo que puede hacer que la poca gente que todavía no ha salido espantada por la mirada Machecor, ni por mis hábitos de mulero medio sociópata, ni por el excesivo desprecio con el que hablo de mí mismo, comience a ver cómo se va. Del estado de soledad que me posee desde hace varios meses. De intentar caerle a alguien y que todo conspire para que termine dejándola en bandeja de plata a alguien que no necesita que le ayude. De que no pueda superar una tarde que fue sólo eso, una tarde. De los viejos amigos que ahora no hacen más que mencionarlo a uno como la maricada hecha gordo, porque uno tiene amigos homosexuales. Incluso, del repudio que desarrollé el jueves al Container, otrora grupo de amigos, hoy día carrera para emborracharse y emborrachar a otros, con tequila a $21000 la media.

Toda esta situación me tiene harto, me ha vuelto a alguien muy mamón. Todavía me causa curiosidad que haya gente que siga mi Twitter, e incluso me causa sorpresa si recibo más de una visita a este post. Todo porque considero que la gente debe leer a alguien cuando tiene algo agradable que decir, y yo no lo tengo, ni lo he tenido durante mucho tiempo. Sólo sandeces que a la gente le causan gracia, y que a veces me hacen dudar si la gente se ríe conmigo o de mí.

Pero no lo sé realmente. Sólo sé que tenía que desquitarme. Que tal vez tengo que romper algún sello interno. Que necesito echarle la madre a alguien, que tal vez, deba deshacerme de muchas cosas, y tal vez de algunas personas. Que de pronto ya no de más espera eso de tener una novia. O que de pronto simplemente soy un pobre güevón con algo de suerte, algo de habilidad, y que sólo ha servido para fallarle a todo el mundo y no cumplir con las expectativas de la gente. Y como digo continuamente, "si una persona te dice que eres un güevón, el güevón es él, pero si 100 personas te dicen que eres un güevón, es porque eres MUY güevón".

Dije no cumplir con las expectativas de la gente. Tal vez sea que hago que la gente crea mucho sobre mí. Debe ser que tengo habilidad para la política Casi todos los que conozco creen que soy una gran persona, que resulto muy agradable, buen conversador, amable y buena gente, cuando la verdad es que soy demasiado despiadado para ser agradable. Muy frentero para ser amable. Y muy descarado para ser buena gente. Y eso sólo lo saben los que me conocen bien.

Precisamente por frentero es que escribo esto, a pesar de los problemas que pueda traerme en el futuro. No soy hombre de callarme las cosas, y mucho menos cuando necesito desquitarme. Porque sé que puede (no, no puede, VA) a traerme problemas lo hice acá, donde menos gente lo vea. Es mi desquite, y como alguna vez le dije a mi papá, es como vaciar una presa: si se hace mal, la presa se rompe y arrasa con todo lo que haya río abajo. Intento vaciar mi presa de forma controlada, pero parece que se ha roto. Así que, amigo lector, protéjase antes de que la inundación se lo lleve.